MIÉRCOLES SANTO, LA TRAICIÓN SE PAGA CON AMOR
La primera parte de la Semana Santa llega a su fin con la
celebración del Miércoles Santo. Este día marca el final de la Cuaresma y el
comienzo de la Pascua. El Miércoles Santo es el día en que se reúne el Sanedrín
con Judas Iscariote, el tribunal religioso judío, para condenar a Jesús.
Unámonos en oración
Queridos hermanos: en las vísperas del inicia del triduo
pascual unámonos para orar por las necesidades de nuestras familias, pidamos
por aquellos que han perdido su fuente laboral, para que prontamente esta
situación que vivimos vuelva a la normalidad. Que encuentren en Dios la esperanza
y fortaleza para este tiempo de angustia y debilidad.
Oración inicial
Jesús, el distintivo de tus discípulos y misioneros es el
amor y la fidelidad. Sin embargo, la traición a tu amor continúa y es más
dolorosa cuando proviene de quienes buscamos estar más cerca de Ti. Te suplico
que me cuentes entre ésos que quieren ser fieles, entre los que te piden tu
gracia para ser auténticos apóstoles de tu Reino. Amén.
Lectura del Evangelio según Mateo 26,14-25
Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue
donde los sumos sacerdotes, y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?»
Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba
buscando una oportunidad para entregarle. El primer día de los Ázimos, los
discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que te hagamos
los preparativos para comer la Pascua?» Él les dijo: «Id a la ciudad, a un tal,
y decidle: `El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la
Pascua con mis discípulos.'» Los discípulos hicieron lo que Jesús les había
mandado, y prepararon la Pascua. A atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y
mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.» Muy
entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?» Él
respondió: «El que ha metido conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El
Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el
Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»
Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?» Dícele:
«Tú lo has dicho.»
Reflexión
Ayer el evangelio habló de la traición de Judas y de la
negación de Pedro. Hoy nos habla de nuevo de la traición de Judas. En la
descripción de la pasión de Jesús de los evangelios de Mateo se acentúa
fuertemente el fracaso de los discípulos. A pesar de la convivencia de los
tres, nadie de entre ellos se queda para tomar la defensa de Jesús. Judas lo
traiciona, Pedro lo niega, todos huyen. Mateo cuenta esto, no para criticar o
condenar, sino para indicar que la acogida y el amor de Jesús superan la
derrota y el fracaso de los discípulos. Esta forma de describir la actitud de
Jesús era una ayuda para describir la actitud de Jesús hacia las comunidades en
la época de Mateo. A causa de las frecuentes persecuciones, muchos se sentían
desanimados y habían abandonado la comunidad, preguntándose: «¿Será posible
volver? ¿Será posible que Dios nos acoge y perdona?» Mateo responde sugiriendo
que nosotros podemos separarnos de Jesús, pero que Jesús nunca se separa de
nosotros. Su amor es mayor que nuestra infidelidad. Este es un mensaje muy
importante que recibimos del evangelio durante la Semana Santa.
Este texto nos habla de la traición; la palabra
“traición” es central en la Pasión. Se utiliza cinco veces. ¿Recuerdas haber
sido traicionado? Tal vez fuiste abandonado por un amigo o una pareja o tal
vez, como muchos católicos actualmente, te sientes traicionado por la Iglesia.
¿Cómo reaccionas ante esta situación? ¿Te alejaste de las personas o hiciste lo
posible por perdonarlas? Esto realza la profundidad del amor que demuestra
Jesús. Él “sigue su destino”, pero es leal todo el tiempo. No se desquitó, sin
importar el trato que a él le dan. Un amor superior, amor divino, lo mantiene
firme en su misión. Agradecemos su grandeza de corazón y le pedimos que nunca le
traicionemos a Él ni a sus valores.
Preguntémonos: ¿Soy capaz de ser como Judas y de negar y
traicionar a Dios, a Jesús, a los amigos y amigas?
Queridos hermanos: En esta Semana Santa pedimos al
Espíritu Santo la sabiduría para comprender la grandeza de la Misericordia de
Dios. Y nos unimos como comunidad educativa para pedir por nuestra comuna y
todo el mundo, para que el Señor traiga el remedio que combata el coronavirus
que tanto mal nos ha hecho y que tanto ha golpeado a nuestra sociedad. Pedir
por cada miembro de la familia vicentina, sus familiares sus necesidades y hoy
especialmente para que nos acerquemos más a Dios y a su infinito amor por
nosotros.
Unidos decimos:
*Rezar un Padre Nuestro y un Ave María.
Oración final
Jesús, no permitas que abuse de tu misericordia. Que mi
corazón no se endurezca, sino que se llene de ese santo temor que lo encauce a
nunca ofenderte conscientemente. Gracias por darme la luz para formar mi
conciencia y la fuerza para luchar siempre contra toda forma de egoísmo o
doblez. Sé que llegar a santidad es difícil, que no se logra de un día para
otro, pero que nunca deje de esforzarme por conseguirla. Amén.
San Vicente de Paúl
Ruega por nosotros y por el mundo entero.