Café filosófico
Los días martes 28 de octubre y martes 4 de noviembre, el profesor de filosofía Víctor Massei impulsó una jornada filosófica con los cuartos medios denominada “Café filosófico”, que consistió en la exposición grupal de resultados de investigación sobre temas de filosofía, ética y corrientes de pensamiento en un ambiente de distensión y camaradería al estilo café urbano, en el que los alumnos fueron protagonistas de su propio aprendizaje en asuntos como “Universalismo y relativismo moral”, “¿Derechos humanos o inhumanos?, “Esa justicia que casi siempre es injusta”, “Esa democracia que no representa a nadie”, “Ética, técnica y medioambiente”, y “Dilemas bioéticos”.
Según explicó el profesor Massei, “la actividad se enmarca dentro de la última unidad del año académico de la asignatura de filosofía, que corresponde a ética social, que es una reflexión moral en el ámbito más concreto de las distintas dimensiones: tanto jurídicas como económicas, políticas, tecnológicas. El café filosófico es una manera de aterrizar lo abstracto de la ética en lo concreto de la vida cotidiana, y todo esto a través de propuestas lúdico educativas”.
La actividad buscó generar una propuesta temática a partir de montajes audiovisuales. Para ello, los alumnos debieron formar grupos e identificarse con un color y un símbolo: “y todo esto acompañado de un café, que tenía la intención de insertarlos en una instancia de camaradería intelectual y filosófica para sacarlos de la clásica estructura expositiva conductista. Además, la modalidad de la iniciativa fomentó que ellos fueran protagonistas de los propios temas: investigaron las materias, realizaron videos, trabajaron de forma lúdica. Lo más importante es que ellos problematizaron las temáticas -no fue un copy paste de las teorías-, y contextualizaron en su segmento etáreo y citadino las problemáticas que debieron abordar, se apropiaron de los temas” explicó el profesor.
Para Víctor Massei, la actividad fue un éxito. “Superó mis expectativas, desarrollaron una actividad muy bien articulada, muy pertinente en la manera que enfocaron los temas y demostraron su dedicación. Sacaron a la luz las cosas que quedan fuera de las evaluaciones normativas que utilizamos, estructuras cerradas que ven solo una dimensión del alumno, pero hay una pluralidad de maneras de ser que no son abordadas: fuimos testigos de talentos y liderazgos que muchas veces perdemos por ser tan ortodoxos a la hora de evaluar”.
Los alumnos también tuvieron una visión positiva de la actividad, principalmente por la efectividad lograda en el aprendizaje. “Fue didáctivo y muy interesante, porque teníamos que evaluar e investigar sobre temas muy importantes” explica Marcela Riffo, alumna de cuarto medio. Evelyn Muñoz coincide y explica que “fue romper con la estructura clásica en que siempre tocábamos temas de clase de manera téórica: en esta oportunidad abordamos temas fundamentales que traspasan la vida cotidiana, por ejemplo mi tema fue los derechos humanos y conocí aspectos de desconocidos hasta ese momento para mí. También se abordaron temas muy interesantes para nosotros, ligados a la tecnología, a cómo enfrentar nuestra vida, y hubo un verdadero aprendizaje en el proceso, no sólo del tema de cada uno, sino también sobre lo que expusieron los demás grupos”.
Marcela Riffo además destaca que el formato de la actividad “fomentó el trabajo en equipo y generó un encuentro cercano, acogedor. De todas maneras se deberían fomentar estas actividades en el futuro, no solo en filosofía. El hecho que las exposiciones fueran libres hizo que se generara una diversidad muy entretenida, algunos inventaron canciones, otros hicieron videos, otros fueron más expositivos”, y Evelyn agrega que: “Se aprende mucho más que en el formato tradicional de la clase, porque es un aprendizaje entretenido, al menos yo aprendí mucho de todos los temas”.
Camilo Sandoval dice que en el futuro ojalá la jornada dispusiera de más tiempo, ya que dos horas es muy poco. “Podría ser una mañana completa, se hace corto”, dice, y Marcela agrega que “ojalá se hiciera en un espacio más grande y también pudieran ir otros cursos como público, aprovechar lo que se genera para que lo conozcan más alumnos”.
Según explicó el profesor Massei, “la actividad se enmarca dentro de la última unidad del año académico de la asignatura de filosofía, que corresponde a ética social, que es una reflexión moral en el ámbito más concreto de las distintas dimensiones: tanto jurídicas como económicas, políticas, tecnológicas. El café filosófico es una manera de aterrizar lo abstracto de la ética en lo concreto de la vida cotidiana, y todo esto a través de propuestas lúdico educativas”.
La actividad buscó generar una propuesta temática a partir de montajes audiovisuales. Para ello, los alumnos debieron formar grupos e identificarse con un color y un símbolo: “y todo esto acompañado de un café, que tenía la intención de insertarlos en una instancia de camaradería intelectual y filosófica para sacarlos de la clásica estructura expositiva conductista. Además, la modalidad de la iniciativa fomentó que ellos fueran protagonistas de los propios temas: investigaron las materias, realizaron videos, trabajaron de forma lúdica. Lo más importante es que ellos problematizaron las temáticas -no fue un copy paste de las teorías-, y contextualizaron en su segmento etáreo y citadino las problemáticas que debieron abordar, se apropiaron de los temas” explicó el profesor.
Para Víctor Massei, la actividad fue un éxito. “Superó mis expectativas, desarrollaron una actividad muy bien articulada, muy pertinente en la manera que enfocaron los temas y demostraron su dedicación. Sacaron a la luz las cosas que quedan fuera de las evaluaciones normativas que utilizamos, estructuras cerradas que ven solo una dimensión del alumno, pero hay una pluralidad de maneras de ser que no son abordadas: fuimos testigos de talentos y liderazgos que muchas veces perdemos por ser tan ortodoxos a la hora de evaluar”.
Los alumnos también tuvieron una visión positiva de la actividad, principalmente por la efectividad lograda en el aprendizaje. “Fue didáctivo y muy interesante, porque teníamos que evaluar e investigar sobre temas muy importantes” explica Marcela Riffo, alumna de cuarto medio. Evelyn Muñoz coincide y explica que “fue romper con la estructura clásica en que siempre tocábamos temas de clase de manera téórica: en esta oportunidad abordamos temas fundamentales que traspasan la vida cotidiana, por ejemplo mi tema fue los derechos humanos y conocí aspectos de desconocidos hasta ese momento para mí. También se abordaron temas muy interesantes para nosotros, ligados a la tecnología, a cómo enfrentar nuestra vida, y hubo un verdadero aprendizaje en el proceso, no sólo del tema de cada uno, sino también sobre lo que expusieron los demás grupos”.
Marcela Riffo además destaca que el formato de la actividad “fomentó el trabajo en equipo y generó un encuentro cercano, acogedor. De todas maneras se deberían fomentar estas actividades en el futuro, no solo en filosofía. El hecho que las exposiciones fueran libres hizo que se generara una diversidad muy entretenida, algunos inventaron canciones, otros hicieron videos, otros fueron más expositivos”, y Evelyn agrega que: “Se aprende mucho más que en el formato tradicional de la clase, porque es un aprendizaje entretenido, al menos yo aprendí mucho de todos los temas”.
Camilo Sandoval dice que en el futuro ojalá la jornada dispusiera de más tiempo, ya que dos horas es muy poco. “Podría ser una mañana completa, se hace corto”, dice, y Marcela agrega que “ojalá se hiciera en un espacio más grande y también pudieran ir otros cursos como público, aprovechar lo que se genera para que lo conozcan más alumnos”.