Misión Territorial



Dentro del itinerario pastoral inserto en el gran proceso de la Misión Continental impulsado por los obispos en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño -celebrada el año 2007 en Aparecida-, es que este año estamos invitados a esforzarnos a llevar adelante la misión territorial.

Ser una Iglesia Madre de misericordia, que sale al encuentro de los demás, especialmente hacia las periferias geográficas, sociales y existenciales; ser testimonio de Jesucristo, asumiendo su mismo estilo y sus opciones, fundamenta salir a las calles, a las casas, a las familias y a las plazas. Es la misión que de Cristo hemos heredado.

La misión territorial tiene un carácter permanente, estará inserta orgánicamente en la vida ordinaria de las parroquias, movimientos y colegios. No es un añadido a los programas y agendas del año Pastoral. Se trata de procurar un verdadero impulso misionero desde dentro, en la experiencia comunitaria, en los programas catequéticos, sacramentales y en la convivencia humana.

Somos enviados a dar testimonios de fe, a ser discípulos misioneros de nuestro tiempo.
Como colegio, recibimos la invitación de la Diócesis de Chillán a participar de esta misión territorial, recibiendo el impulso del Espíritu Santo de revisar nuestro quehacer Pastoral y unir al quehacer pastoral de nuestra parroquia. De revisar también, nuestra actividades de formación, e involucrar a todos los estamentos del colegio en una convivencia católica y comunitaria.

Desde septiembre, es que estamos motivando a todos los apoderados en las reuniones de los subcentros, a los trabajadores del colegio y a nuestros alumnos, a recibir el mensaje de Cristo que viene de nuestro Padre, que es este mensaje de amor y de salvación.

También estamos motivando actividades que vienen desde la Diócesis, como por ejemplo, el trabajo de altares misioneros por curso, y también por estamentos de trabajadores, en donde vamos a estar invitados a rezar en familia con ese altar peregrino y a entregarlo a otra familia generándose un encuentro ya sea entre las familias de los cursos o de las familias de los trabajadores.

También, como colegio, nos unimos al trabajo de la parroquia y trabajaremos las actividades de San Vicente en conjunto. Como equipo de Pastoral estamos formamos parte de las celebraciones de San Vicente junto a otros movimientos de la parroquia, fuimos la Alianza Amarilla y estuvimos invitados a participar de actividades misioneras, lúdicas y de encuentro entre los laicos, sacerdotes y religiosas que participan de la parroquia.

Somos todos invitados a ser misioneros, desde el Bautismo. Misioneros en nuestro trabajo, en nuestras familias, en nuestros barrios. Misioneros que anuncian el reino de Dios, misioneros que viven de Jesús, para Jesús y para sus hermanos.

“Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (documento de Aparecida, 29).

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