Vicentinos en Jornada Mundial de la Juventud de Brasil
Tres alumnos vicentinos estuvieron presentes en el reciente encuentro que el papa Francisco realizó con jóvenes católicos provenientes de todo el mundo en Río de Janeiro, Brasil. Se trata de Constanza Rubilar y Germán Osses, de tercero medio A, y de Camilo Sandoval, de tercero medio B.
Los tres jóvenes son miembros activos de los movimientos pastorales al interior de nuestro colegio, como el Movimiento juvenil vicentino, las Misiones y las distintas comunidades, así como también de las parroquias San Vicente y Buen pastor. Además, Camilo y Germán son acólitos hace varios años, y todos tienen en común el pertenecer a familias en las que formar parte de la Iglesia y participar en las actividades parroquiales es una tradición.
Es así como, en el marco de las comunidades de las cuales forman parte, se dio la posibilidad de participar en este encuentro, y vivir una aventura que los marcará para el resto de sus vidas. Pero para hacer este viaje, la experiencia de cada uno fue muy particular y diferente a la de los demás
“Mi mamá fue al encuentro con el papa Benedicto a Madrid, y su experiencia me motivó demasiado, quería vivir algo parecido, así que planificamos ir juntas al próximo encuentro con el papa, sueño que concretamos con este viaje. Yo quería formar parte de esto, veía que toda la gente que iba era tan alegre, se formaba algo tan especial… así que quise sumarme. En el bus que viajamos, íbamos 45 personas de Chillán”, explicó Constanza.
Por su parte, Camilo Sandoval contó que “yo acompañaba a muchas actividades al padre Héctor Aranda, que era párroco del Buen Pastor. En una oportunidad me dijo ¿por qué no vamos a Brasil? Y me inscribió en la nómina. En enero de este año, también participé de un encuentro de jóvenes católicos en Concepción, que fue una especie de preparación para ir a Brasil”.
Germán, forma parte de una comunidad del Camino Neocatecumenal, y “debido a que otros amigos fueron al encuentro con el papa Benedicto en España, ellos me motivaron mucho para participar, ya que lo que se vive como parte de estas comunidades en una experiencia espiritual muy fuerte. Después, como preparación de este viaje, fui a un encuentro juvenil de las comunidades neocatecumenales en el Santuario de Lo Vásquez. Pero el viaje era caro y no tenía cómo pagarlo, así que estuve seis meses vendiendo cosas, trabajando en construcción en mis vacaciones de verano, etc. Hasta dos días antes de viajar ,no había reunido el dinero y estaba desesperado, así que me encomendé a Dios y en esos días me llegó de regalo por todos lados la plata que me faltaba, incluyendo una rifa que se hizo en el colegio”.
Una vez allá, si bien iban por separado, todos formaron parte de las mismas actividades, organizadas en el marco de este encuentro. Constanza estuvo en Brasil una semana, en la que vivió algo irrepetible, conoció a mucha gente y una ciudad fantástica. “Fue una vivencia muy linda, ahí uno se da cuenta de la fe que tienen tantos jóvenes, no me imaginé encontrar a tanta gente de mi edad con tanta fe, y la experiencia de estar con el papa es increíble. Nosotros llegamos el lunes 22 de julio en la tarde y el martes tuvimos que ir a Copacabana, donde se hacían las actividades, y hasta donde llegó el papa en el papa móvil. También asistí a la misa final en Copacabana. Durante esa semana, tuvimos muchas actividades, en las mañanas asistíamos a misa y catequesis, y después teníamos tiempo libre para almorzar, recorrer, conocer Río. Me sorprendieron el hecho de compartir con otras culturas, y también lo mucho que quieren a Chile personas de todo el mundo”.
Camilo estuvo en total 17 días en Brasil. “Tuvimos mucho tiempo para conocer Río de Janeiro antes del encuentro con el papa, y también de verlo durante la semana que duró el encuentro, en Leblon y en Copacabana en su papa móvil. También lo logré divisar en una charla que dio a los consagrados. Después de esa semana, tuve la oportunidad de recorrer otros lugares de Brasil, fue una experiencia muy enriquecedora en todo sentido”.
Para Germán, el viaje fue una verdadera aventura, él dice que fue “como un largometraje de Vargas Llosa”. Esto, porque justo cuando iban a pasar por Farellones, el paso fue cerrado, y tuvieron que esperar hasta el día siguiente. Al otro día, lograron pasar y luego se cerró nuevamente, así que tuvieron mucha suerte. En el viaje en bus a Río, pasaron por Argentina, Foz de Iguazú y Camboriú, así que cuando llegaron a Río sentían que ya habían vivido mucho. “En la semana del encuentro, asistimos a una vigilia que realizó el papa en la playa, al otro día lo vimos de cerca pasar en su papa móvil. Y después que se fue el papa Francisco, tuvimos un encuentro con Kiko Argüello, que es el fundador del Camino Neocatecumenal, con 100 mil jóvenes provenientes de 100 países”.
La experiencia vivida es inolvidable para estos tres jóvenes. “Lo que más me llegó fueron las palabras del papa cuando dice no te dejes robar la esperanza, sino que déjate sorprender por Dios, ya que me llegó mucho en lo personal, y sentí que uno puede aspirar a algo más grande, que es participar de la felicidad del resto de las personas. También me tocó profundamente cuando dijo una frase de Teresa de Calcuta: ¿Por dónde debe empezar a construirse la iglesia? Por ti y por mí. En verdad fue una experiencia muy potente”, explica Germán, quien además señala que “estoy totalmente abierto a la posibilidad del sacerdocio, pero es un camino largo para llegar, me gustaría discernir bien mi vocación, aún es muy pronto”.
“Para mí –dice Camilo–, la jornada marcó un antes y un después. Fue emocionante, uno se encuentra con sus propias aspiraciones, con muchas realidades diferentes, la riqueza y pobreza de Brasil, la emoción de sentir a tanta gente, darse cuenta que uno se puede comunicar igual con las personas, el papa, el mensaje que dio de que los jóvenes son la cara visible de la iglesia, ellos son la revelación, y que a más de uno le ayudó”. También se refiere a su experiencia de haber sido entrevistado por un periodista de Associated Press (AP) y haber dado la vuelta al mundo con la noticia de su vocación sacerdotal: “Estábamos en el sambódromo esperando que nos entregaran unos kit , y una alumna del PH puso un cartelito que decía estamos bien en el refugio los 24, y eso llamó la atención de la prensa. Después llegó el padre Héctor con otro periodista de la AP, que me preguntó qué hacía yo en la iglesia, y me preguntó si quería ser sacerdote, y eso fue lo que pasó. Con respecto a ese tema, quiero estudiar y tal vez después entre al seminario, es algo que tengo que pensar mucho todavía. Siento el llamado, pero es un camino que tengo que andar”.
“Para mí, fue una experiencia que reafirmó mi fe, después de esta jornada uno queda altamente motivado. Las palabras del papa son muy cautivadoras, siempre está pensando en los jóvenes y eso es muy motivante para uno. Es un papa súper humilde, con una expresión en su rostro de gran tranquilidad, transmite paz y eso me gusta mucho”, señala Constanza.
Los tres jóvenes son miembros activos de los movimientos pastorales al interior de nuestro colegio, como el Movimiento juvenil vicentino, las Misiones y las distintas comunidades, así como también de las parroquias San Vicente y Buen pastor. Además, Camilo y Germán son acólitos hace varios años, y todos tienen en común el pertenecer a familias en las que formar parte de la Iglesia y participar en las actividades parroquiales es una tradición.
Es así como, en el marco de las comunidades de las cuales forman parte, se dio la posibilidad de participar en este encuentro, y vivir una aventura que los marcará para el resto de sus vidas. Pero para hacer este viaje, la experiencia de cada uno fue muy particular y diferente a la de los demás
“Mi mamá fue al encuentro con el papa Benedicto a Madrid, y su experiencia me motivó demasiado, quería vivir algo parecido, así que planificamos ir juntas al próximo encuentro con el papa, sueño que concretamos con este viaje. Yo quería formar parte de esto, veía que toda la gente que iba era tan alegre, se formaba algo tan especial… así que quise sumarme. En el bus que viajamos, íbamos 45 personas de Chillán”, explicó Constanza.
Por su parte, Camilo Sandoval contó que “yo acompañaba a muchas actividades al padre Héctor Aranda, que era párroco del Buen Pastor. En una oportunidad me dijo ¿por qué no vamos a Brasil? Y me inscribió en la nómina. En enero de este año, también participé de un encuentro de jóvenes católicos en Concepción, que fue una especie de preparación para ir a Brasil”.
Germán, forma parte de una comunidad del Camino Neocatecumenal, y “debido a que otros amigos fueron al encuentro con el papa Benedicto en España, ellos me motivaron mucho para participar, ya que lo que se vive como parte de estas comunidades en una experiencia espiritual muy fuerte. Después, como preparación de este viaje, fui a un encuentro juvenil de las comunidades neocatecumenales en el Santuario de Lo Vásquez. Pero el viaje era caro y no tenía cómo pagarlo, así que estuve seis meses vendiendo cosas, trabajando en construcción en mis vacaciones de verano, etc. Hasta dos días antes de viajar ,no había reunido el dinero y estaba desesperado, así que me encomendé a Dios y en esos días me llegó de regalo por todos lados la plata que me faltaba, incluyendo una rifa que se hizo en el colegio”.
Una vez allá, si bien iban por separado, todos formaron parte de las mismas actividades, organizadas en el marco de este encuentro. Constanza estuvo en Brasil una semana, en la que vivió algo irrepetible, conoció a mucha gente y una ciudad fantástica. “Fue una vivencia muy linda, ahí uno se da cuenta de la fe que tienen tantos jóvenes, no me imaginé encontrar a tanta gente de mi edad con tanta fe, y la experiencia de estar con el papa es increíble. Nosotros llegamos el lunes 22 de julio en la tarde y el martes tuvimos que ir a Copacabana, donde se hacían las actividades, y hasta donde llegó el papa en el papa móvil. También asistí a la misa final en Copacabana. Durante esa semana, tuvimos muchas actividades, en las mañanas asistíamos a misa y catequesis, y después teníamos tiempo libre para almorzar, recorrer, conocer Río. Me sorprendieron el hecho de compartir con otras culturas, y también lo mucho que quieren a Chile personas de todo el mundo”.
Camilo estuvo en total 17 días en Brasil. “Tuvimos mucho tiempo para conocer Río de Janeiro antes del encuentro con el papa, y también de verlo durante la semana que duró el encuentro, en Leblon y en Copacabana en su papa móvil. También lo logré divisar en una charla que dio a los consagrados. Después de esa semana, tuve la oportunidad de recorrer otros lugares de Brasil, fue una experiencia muy enriquecedora en todo sentido”.
Para Germán, el viaje fue una verdadera aventura, él dice que fue “como un largometraje de Vargas Llosa”. Esto, porque justo cuando iban a pasar por Farellones, el paso fue cerrado, y tuvieron que esperar hasta el día siguiente. Al otro día, lograron pasar y luego se cerró nuevamente, así que tuvieron mucha suerte. En el viaje en bus a Río, pasaron por Argentina, Foz de Iguazú y Camboriú, así que cuando llegaron a Río sentían que ya habían vivido mucho. “En la semana del encuentro, asistimos a una vigilia que realizó el papa en la playa, al otro día lo vimos de cerca pasar en su papa móvil. Y después que se fue el papa Francisco, tuvimos un encuentro con Kiko Argüello, que es el fundador del Camino Neocatecumenal, con 100 mil jóvenes provenientes de 100 países”.
La experiencia vivida es inolvidable para estos tres jóvenes. “Lo que más me llegó fueron las palabras del papa cuando dice no te dejes robar la esperanza, sino que déjate sorprender por Dios, ya que me llegó mucho en lo personal, y sentí que uno puede aspirar a algo más grande, que es participar de la felicidad del resto de las personas. También me tocó profundamente cuando dijo una frase de Teresa de Calcuta: ¿Por dónde debe empezar a construirse la iglesia? Por ti y por mí. En verdad fue una experiencia muy potente”, explica Germán, quien además señala que “estoy totalmente abierto a la posibilidad del sacerdocio, pero es un camino largo para llegar, me gustaría discernir bien mi vocación, aún es muy pronto”.
“Para mí –dice Camilo–, la jornada marcó un antes y un después. Fue emocionante, uno se encuentra con sus propias aspiraciones, con muchas realidades diferentes, la riqueza y pobreza de Brasil, la emoción de sentir a tanta gente, darse cuenta que uno se puede comunicar igual con las personas, el papa, el mensaje que dio de que los jóvenes son la cara visible de la iglesia, ellos son la revelación, y que a más de uno le ayudó”. También se refiere a su experiencia de haber sido entrevistado por un periodista de Associated Press (AP) y haber dado la vuelta al mundo con la noticia de su vocación sacerdotal: “Estábamos en el sambódromo esperando que nos entregaran unos kit , y una alumna del PH puso un cartelito que decía estamos bien en el refugio los 24, y eso llamó la atención de la prensa. Después llegó el padre Héctor con otro periodista de la AP, que me preguntó qué hacía yo en la iglesia, y me preguntó si quería ser sacerdote, y eso fue lo que pasó. Con respecto a ese tema, quiero estudiar y tal vez después entre al seminario, es algo que tengo que pensar mucho todavía. Siento el llamado, pero es un camino que tengo que andar”.
“Para mí, fue una experiencia que reafirmó mi fe, después de esta jornada uno queda altamente motivado. Las palabras del papa son muy cautivadoras, siempre está pensando en los jóvenes y eso es muy motivante para uno. Es un papa súper humilde, con una expresión en su rostro de gran tranquilidad, transmite paz y eso me gusta mucho”, señala Constanza.